Críticas al discurso de Carnestoltes
Otro de los temas que ha hecho chirriar las relaciones entre ambos concejales es el testamento del Rei Carnestoltes. Tradicionalmente en este discurso afloran críticas a los políticos municipales. Las noticias más polémicas ocurridas este año aparecen en forma de versos satíricos. Sin embargo, esta vez el discurso se les fue de las manos. En uno de los párrafos se detienen en aspectos íntimos y muy personales del concejal popular, Esteve Ortiz.
Agustí Mallol defiende que «la libertad no debe confundirse con el libertinaje en un discurso nada afortunado. Se puede criticar a un personaje público como un político por su gestión pero nunca debe confundirse ésto con un ataque a la dignidad personal». En este sentido, el concejal convergente sugiere que el Ayuntamiento intervenga en la revisión del discurso.
De diferente manera lo ve Sala, quien explica que el Ayuntamiento «coordina y organiza determinados actos de Carnaval, pero existe una comisión integrada por las comparsas que se encargan de otros. El consistorio no tiene ni arte ni parte en el discurso del Carnestoltes». Sala remarca que «de ninguna manera asumo el discurso y ni mucho menos lo comparto, es más, me solidarizo con las personas afectadas. Sin embargo -añade- el intervencionismo en actividades como el Carnaval es más propio del año 36 al 70. Lo cierto es que hay que reflexionar porque durante la lectura del testamento nadie se escandalizó, al contrario las risas fueron generalizadas».
Agustí Mallol defiende que «la libertad no debe confundirse con el libertinaje en un discurso nada afortunado. Se puede criticar a un personaje público como un político por su gestión pero nunca debe confundirse ésto con un ataque a la dignidad personal». En este sentido, el concejal convergente sugiere que el Ayuntamiento intervenga en la revisión del discurso.
De diferente manera lo ve Sala, quien explica que el Ayuntamiento «coordina y organiza determinados actos de Carnaval, pero existe una comisión integrada por las comparsas que se encargan de otros. El consistorio no tiene ni arte ni parte en el discurso del Carnestoltes». Sala remarca que «de ninguna manera asumo el discurso y ni mucho menos lo comparto, es más, me solidarizo con las personas afectadas. Sin embargo -añade- el intervencionismo en actividades como el Carnaval es más propio del año 36 al 70. Lo cierto es que hay que reflexionar porque durante la lectura del testamento nadie se escandalizó, al contrario las risas fueron generalizadas».
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